No puedo describir cuánta lluvia hay, solo sé que el agua de los aleros afuera casi se ha convertido en perlas, y el sonido del agua fluyendo es incesante, parece que el mundo solo queda con el sonido de la lluvia, cayendo sobre la carretera, sobre las hojas, y también en los charcos frente a la puerta. Una ráfaga de viento acompañada de las gotas de lluvia se cuela por la rendija de la ventana entreabierta, trayendo consigo el olor a tierra y una refrescante frescura. Yo y mi fren estamos sentados en la sala de té, el té oolong emite un olor agradable, y por un momento no decimos nada, la lluvia de agosto es como una sorpresa inesperada, aliviando un poco los nervios tensos en medio del calor. El sonido de la lluvia entre los árboles, el choque de las tazas y platos, además de susurros y charlas ligeras. Días de lluvia, sala de té, buenos amigos, creando recuerdos de alta calidad.